sábado, 2 de julio de 2011

-R-7 SEMYORKA-EL PIONERO-


-COHETE R-7-CREADO Y DESARROLLADO EN PLENA GUERRA "FRIA" ENTRE LOS EE.UU Y LA UNION SOVIETICA-
-YURI GAGARIN CON LA CAPSULA QUE LO LLEVO AL ESPACIO ADOSADA A UN SISTEMA DE COHETES R-7-
-ESQUEMA DETALLADO DE UN PROPULSOR R-7-
-FILEALIEN-46-Año 2-Rosario-Argentina-R-7 SEMYORKA-EL COHETE MAS FAMOSO DEL MUNDO-El primer satélite artificial de la Tierra, el primer hombre en viajar al espacio, las primeras naves enviadas a la Luna y a otros planetas, las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional... todos estos protagonistas de la historia de la astronáutica tienen un elemento en común: el cohete R-7 Semyorka. Con más de medio siglo a sus espaldas, la historia del Semyorka es la historia del cohete más famoso del mundo.

En plena Guerra Fría, la Unión Soviética de Stalin buscó con ahínco un medio para poder atacar a los Estados Unidos con sus flamantes armas nucleares. Aunque en un principio la aviación fue el medio elegido para transportar estas armas, el territorio continental de los EE UU quedaba muy lejos para los bombarderos soviéticos de la época. Para empeorar las cosas, la URSS estaba rodeada por bases enemigas desde las que podían despegar en cualquier momento bombarderos nucleares norteamericanos y aniquilar las principales ciudades soviéticas en cuestión de horas. Los misiles se perfilaban como el único medio para alcanzar al enemigo. Sin embargo, los cohetes de principios de los 50, basados en el misil nazi V-2, carecían del alcance necesario. Además, las armas atómicas soviéticas eran en un principio mucho más voluminosas y pesadas que sus contrapartidas estadounidenses, por lo que el misil que debían diseñar los ingenieros soviéticos no sólo tenía que alcanzar los EE UU, sino que además su capacidad de carga debía ser formidable.

El día 13 de febrero de 1953 el Consejo de Ministros de la URSS decidió construir el primer misil intercontinental (ICBM), el R-7, creado bajo la dirección del Ingeniero JefeSerguéi Korolyov. Con el prolijo nombre de "Investigaciones Teóricas y Experimentales para la Creación de Cohetes Balísticos de Dos Etapas con un Alcance de 7000-8000 km" (Теоретические и экспериментальные исследования по созданию двухступенчатой баллистической ракеты с дальностью полёта 7000-8000 км), esta decisión preveía el diseño de un misil de 170 toneladas con una capacidad de carga de tres toneladas. En realidad, ya el 4 de diciembre de 1950 el gobierno soviético decidió aprobar la investigación sobre la posibilidad de construir un cohete con un alcance de 5000-10000 km y una capacidad de carga de una a diez toneladas, que debía disponer de motores con un empuje de 200-300 toneladas. Los estudios teóricos posteriores demostraron que la construcción de tal ingenio era posible, pero sólo si se invertían ingentes sumas de dinero y gran cantidad de personal en el proyecto.

En octubre de 1953 el gobierno modificó las especificaciones para aumentar la capacidad de carga hasta las cinco toneladas y de este modo poder transportar las nuevas armas de fusión que los científicos soviéticos dirigidos por Andréi Sájarov estaban desarrollando. Como es lógico, las dificultades técnicas del nuevo misil aumentaron exponencialmente. Por fin, el programa sería formalmente aprobado el 20 de mayo de 1954 con el decreto ministerial del proyecto de misil intercontinental de dos etapas 8K71 (R-7), ratificado el 24 de octubre de ese mismo año por el Consejo de Ministros de la URSS. Aunque el cohete sería conocido internamente como R-7 ("R" de raketa/ракета, "cohete" en ruso), recibiría el apelativo popular de Semyorka (Семёрка), "el siete".


Serguéi Pávlovich Korolyov, padre del Semyorka.

Al mismo tiempo que la URSS decidía construir su primer ICBM, una comisión militar dirigida por el teniente general Vasili Voznyuk debía buscar un lugar apropiado para el lanzamiento de la bestia. El lugar de pruebas debía ser tal que toda la trayectoria del misil tuviese lugar sobre territorio soviético para poder seguir así su vuelo en detalle, además de ser lo suficientemente secreto para evitar en la medida de lo posible los sobrevuelos de aviones espía norteamericanos. El polígono de Kapustin Yar, donde se probaron las primeras V-2 y sus derivados soviéticos, no reunía estos requisitos, principalmente debido a la cercanía de las estaciones estadounidenses de vigilancia electrónica situadas en Turquía .

La comisión se decidió por la región que rodeaba a la estación de ferrocarril de Tyura-Tam, en plena estepa kazaja. Al ser lanzado desde allí, la ojiva del misil podía caer en la península de Kamchatka (situada a 6314 km del lugar de lanzamiento), a salvo de inoportunas miradas extranjeras. En esta península se instaló el polígono Kura con equipos de radar para poder seguir la caída del misil. La región del impacto de la ojiva, de 10x10 km de superficie, recibió el nombre de Kama.

La zona de Tyura-Tam fue designada oficialmente como "Quinto Polígono de Pruebas para Investigaciones" (NIIP-5) mediante el decreto 292-181 del Consejo de Ministros del 12 de febrero de 1955. Posteriormente, el polígono sería bautizado Baikonur -en realidad, el nombre de un pueblo situado a varios kilómetros- en un intento de despistar a la inteligencia norteamericana, objetivo que no consiguió. En junio de 1955 comenzaron las obras del futuro cosmódromo bajo las órdenes del general Georgi Shubnikov.

La oficina de diseño OKB-1 de Korolyov (previamente denominada NII-88) había dado al país el primer misil nuclear, el R-5M. Al igual que en anteriores diseños de misiles, la OKB-1 construiría el R-7 junto a la OKB-456 de Valentín Glushkó (1908-1989), el cual debía encargarse de los motores para el cohete. Esta división de tareas era heredera de los tiempos de posguerra, cuando el ejército de tierra y la fuerza aérea llegaron a un compromiso a la hora de repartirse el desarrollo de nuevos misiles derivados del V-2. Como resultado de esta bicefalia -y de la ceguera de las autoridades-, los numerosos conflictos entre Korolyov y Glushkó a la hora de diseñar el R-7 sembrarían las semillas de la discordia que florecerían de manera desastrosa en los sesenta. Desde un primer momento Korolyov favoreció el uso de queroseno (de tipo T-1) y oxígeno líquido debido a su mayor rendimiento y a que habían sido los propergoles empleados en anteriores misiles. Glushkó, por su parte, consideraba que el uso de estos combustibles en un misil era inadecuado desde el punto de vista operativo e implicaba diseñar unos motores más complejos y costosos. El tiempo terminaría por darle la razón a Glushkó. La OKB-1 se basaría en el proyecto N3 de misil intercontinental para el diseño del R-7, que en un principio fue denominado T1.


Valentín Petróvich Glushkó.

Nikolai Pilyugin (NII-885) y Borís Petrov serían los encargados del sistema de navegación, que combinaba sistemas inerciales y navegación mediante estaciones de radio. Los giróscopos estarían a cargo de la NII-10. La rampa de lanzamiento le correspondería a la oficina de Vladímir Barmin, de la GSKB SpetsMash. Esta rampa tendría un diseño muy singular en el que el cohete estaría suspendido en el aire por cuatro brazos alrededor de la "cintura" del mismo, más otros cuatro en la parte inferior que aseguraban la estabilidad del lanzador. El sistema recibió el apodo de "tulipán" y no empleaba ningún mecanismo hidráulico para el movimiento de los brazos, sólo pesos y contrapesos. Pocos recuerdan que el inventor de este diseño fue Vasili Mishin, futuro ingeniero jefe de la OKB-1.


Vladímir Pávlovich Barmin.

La separación de etapas y el escudo térmico que debía proteger la cabeza nuclear para que resistiese las altas temperaturas al reentrar en la atmósfera terrestre se revelaron como las partes más complejas del desarrollo del proyecto. La ojiva del misil -con una masa de 5,5 t, una longitud de 7,27 m y un ángulo de 11º- debía entrar en la atmósfera a 7,9 km/s, más de 2,5 veces la velocidad alcanzada por la ojiva del R-5. La URSS, al igual que los EE UU, carecía de experiencia en el empleo de cohetes de varias fases y además los experimentos demostraban una tendencia al choque de las etapas al separarse. Puesto que los motores de la primera fase no se paraban en seco (siempre quedan cantidades residuales de propergoles en las líneas), la primera etapa podía colisionar con la segunda en el momento de la separación, con resultados desastrosos. Los ingenieros idearon varios mecanismos para evitar estos accidentes: uso de dispositivos pirotécnicos para destruir las líneas de combustible y eliminar la presurización de los tanques, separación de las etapas "en caliente" y garantizar así el alejamiento de la segunda fase, empleo de pequeños motores de combustible sólido para asegurar la separación, etc. Sin embargo, todas estas opciones -aplicables sin problemas a cohetes más pequeños- no convencían a Korolyov, presionado por las autoridades para que tuviera el misil operativo antes de 1957.


Diseño del R-7 (RKK Energia).

Por lo tanto la OKB-1 realizó una apuesta arriesgada: el vehículo tendría varias fases, algo imprescindible para garantizar la enorme capacidad de carga requerida, pero estas etapas -cuatro- estarían dispuestas alrededor de una fase central, un diseño conocido como "paquete de cohetes" que fue concretado en julio de 1954. Este diseño se remontaba a las investigaciones por parte de Mijaíl Tijonravov, del instituto del NII-4 del Ministerio de Defensa. A partir de 1956, Tijonravov, uno de los pioneros de la cosmonáutica tripulada, pasaría a trabajar directamente para la OKB-1 de Korolyov. El diseño final del R-7 se decidiría entre el 11 de marzo y el 25 de julio de 1955. La apariencia definitiva del cohete era completamente distinta a los misiles fabricados hasta ese momento: con una longitud de 33 metros y una masa de 270 toneladas, se trataba de una máquina enorme para los estándares de la época. Los cuatro bloques laterales tenían una forma cónica que daban un aspecto único al conjunto. Este original diseño garantizaba a además que todos los motores del vehículo se encenderían al mismo tiempo y a nivel del mar, evitando la necesidad de encendidos en el vacío tras la separación de fases, algo que tantos quebraderos de cabeza le había proporcionado a Glushkó. Éste por su parte había diseñado los motores que impulsarían al R-7: los míticos RD-107 (8D74) y RD-108 (8D75), basados en los RD-105 y RD-106. En realidad se trataba de dos versiones del mismo motor: el RD-108 sería usado en la etapa central -denominado también segunda etapa o Bloque A- y el RD-107 en los cuatro bloques laterales -designados como primera etapa o Bloques B, V, G y D respectivamente, siguiendo el orden de las primeras letras del alfabeto cirílico ruso-. La diferencia fundamental entre ambos es que el RD-107 contaba con dos pequeños motores vernier para el control del cohete mientras que el RD-108 tenía cuatro. Además el RD-108 debía funcionar durante más tiempo. Los cohetes vernier (llamados S1.35800) resultaron ser una de las mayores complicaciones para el desarrollo de los motores, tanto que Glushkó se negó a diseñarlos y Korolyov tuvo que recurrir a V. M. Melnikov, de la OKB-1, para su fabricación. Posteriormente la construcción en serie de estos motores fue trasladada a la OKB-154 de Semyon Kosberg, la cual consiguió un incremento de 15 segundos en el impulso específico-
Para vencer los tremendos desafíos que imponían las especificaciones de estos motores, Glushkó llegó a varios compromisos: por un lado decidió dividir cada motor en cuatro cámaras de combustión con sus correspondientes toberas, para de este modo hacer más manejables las tensiones estructurales que provocaban las altas presiones de funcionamiento, además de permitir un montaje mucho más compacto. Glushkó repetiría la táctica de dividir las cámaras de combustión veinte años después al diseñar el motor cohete de combustible líquido más potente de la historia, el RD-170. Además, en vez de usar la combustión de los propergoles en un generador de gas para mover las turbinas, decidió emplear un generador de gas independiente a base de agua oxigenada, una opción muy ineficiente, aunque más sencilla de implementar. A la vista de estos compromisos, Korolyov se mostró profundamente decepcionado por los progresos de su antiguo amigo, criticándole ferozmente en numerosas ocasiones ante las autoridades. Pero lo cierto es que Glushkó había alcanzado los límites de la tecnología soviética de los años cincuenta y los había traspasado. Pese a las protestas de Korolyov, no se podía exigir más a Glushkó en un plazo tan corto de tiempo. Mientras, las pruebas estáticas del RD-107 sin motores vernier comenzaron a principios de 1955.

Ya en 1956 los miembros del Presidium del PCUS pudieron contemplar una maqueta del R-7 en la fabrica de la OKB-1 en Kaliningrado, Moscú. A mediados de ese mismo año se completaron un Bloque A (segunda etapa) y un Bloque B para realizar diversas pruebas dinámicas, así como dos maquetas adicionales. Por fin, a finales de 1956 se envió a Baikonur el primer ejemplar del R-7.

En el increíble plazo de sólo tres años Glushkó y Korolyov habían conseguido construir el primer ICBM soviético gracias al trabajo de miles de personas y una financiación ilimitada por parte del gobierno soviético. Ahora quedaba por demostrar que el R-7 podía volar.
-En Baikonur proseguían los trabajos para el lanzamiento del primer R-7 desde la "Rampa nº 1". En septiembre de 1956 se comenzó a montar el sistema "tulipán" de brazos mecánicos del complejo. Al mismo tiempo, se estaba construyendo una segunda rampa a unos veinte kilómetros, en el Área 31. El lugar donde se instaló la Rampa 1 fue elegido por hallarse situado en una pequeña colina, facilitando las tareas de construcción del foso para el escape de los gases del cohete, de unos 30 m de profundidad. Además, se seleccionó el sitio de tal forma que una vez el cohete estuviese situado sobre la rampa no fuese visible desde las líneas de ferrocarril que recorrían la estepa kazaja.

En una época donde no había ordenadores que pudieran simular las complejidades del lanzamiento de un cohete, no se podía dejar nada abierto a la improvisación. Es por esto que antes de su montaje en Tyura-Tam, el sistema Tulipán fue instalado en la fábrica LMZ (Leningradski Metalicheski Zavod) de Leningrado, donde se realizaron pruebas de colocación del cohete sobre la rampa y su lanzamiento empleando una maqueta del R-7 (R-7 SN), con los tanques llenos de agua para simular la masa del vehículo.


Un misil R-7 operativo en la rampa de lanzamiento. Podemos ver los brazos del sistema Tulipán.


Detalle del sistema Tulipán donde se aprecian los cuatro brazos principales superiores y los cuatro secundarios inferiores, así como los distintos umbilicales y contrapesos del conjunto. Todo el sistema gira para apuntar al cohete en la dirección de azimut adecuada, pues el R-7 sólo tenía un sistema de control en un eje.



Vista de la Rampa 1 en la actualidad (NASA).


Búnker de lanzamiento, situado cerca de la rampa. Nótese el periscopio.

Además de la rampa, en Baikonur se había construido un edificio de montaje horizontal MIK, en ruso "Edificio para Montaje y Pruebas" (МИК, Монтажно-Испытательный Корпус) en el Área 2, a unos dos kilómetros de la rampa de lanzamiento. Aunque la OKB-1 estudió el montaje en vertical, una de las prioridades para el uso del R-7 como arma era minimizar el tiempo necesario para su montaje y transporte, por lo cual se decidió que el ensamblaje horizontal era mucho más adecuado para este fin.



El MIK del Área 2 en construcción.


Vista actual del cosmódromo de Baikonur en el Google Earth con la Rampa 1 (a la derecha) y los edificios de montaje (MIK) usados en los primeros años de la carrera espacial.

El R-7 incluía numerosos sistemas que debían funcionar por primera vez. Para maximizar las posibilidades de éxito, muchos de los sistemas más novedosos se probaron en cohetes más pequeños. Por ejemplo, desde el 16 de febrero de 1956 se llevaron a cabo múltiples lanzamientos del cohete M5RD (un R-5 modificado) para probar el sistema de telemetría "Tral" y el sistema de control "Fakel". Además, del 31 de mayo al 15 de junio de 1956 se realizaron tres lanzamientos con éxito del cohete R-5R para comprobar la idoneidad del sistema de guiado por radio que debía emplear el R-7.

De julio de 1956 a marzo de 1957 tuvieron lugar las pruebas con el encendido de las etapas enteras en la filial nº2 del NII-88 (posteriormente NII-229) en Zagorsk. Primero se realizaron pruebas "en frío" para verificar la carga de los tanques y la telemetría de los bloques y después distintos ensayos "en caliente" con los motores encendidos. En concreto, se realizaron cinco pruebas de encendido con dos bloques laterales, tres con el bloque central y dos pruebas del "paquete" completo. La principal fuente de problemas en estos ensayos fue la carga de oxígeno líquido, que, debido a las bajas temperaturas, ocasionaba la congelación de algunas válvulas y sistemas. En la NII-229 también se probaron con éxito los sistemas de separación de los bloques laterales.

En marzo de 1957 se trasladó hasta Baikonur el primer misil R-7 (R-7 Nº M1-5) que debía ser lanzado. La denominación M1 indicaba que era un cohete perteneciente a la primera serie de vehículos (la "M" viene de "modificaciones"), aunque a veces también se le llama R-7 Nº 5L (en este caso la "L" quiere decir que es un ejemplar para vuelos y no una maqueta de prueba). De todas formas, hay bastante confusión entre las diversas fuentes respecto a la nomenclatura de los primeros R-7, pues algunos autores confunden los números de serie de las ojivas con los del cohete. Aunque estos números eran similares en los primeros lanzamientos, no sucedió lo mismo en vuelos posteriores, lo que todavía es objeto de diferencias entre los estudiosos del tema.

Todas las pruebas de montaje en horizontal, traslado a la rampa y colocación en posición vertical resultaron satisfactorias. En abril se reunió la Comisión Estatal para autorizar el inicio de los lanzamientos. Los miembros de esa comisión eran Vasili M. Ryabikov (representante del Complejo Militar Industrial, VPK), Mitrofán I. Nedelin (Mariscal Jefe de Artillería y vicerepresentante del VPK), Serguéi Korolyov (jefe técnico del proyecto), Vladímir P. Barmin, Valentin P. Glushkó, Viktor I. Kuznetsov, Alexander G. Mrikin, N. A. Pilyugin, Mijaíl S. Ryazanski (todos ellos adjuntos de Korolyov), S. M. Vladimirski (vicerepresentante del Comité Estatal para Radioelectrónica), Alexei I. Nesterenko, Georgi N. Pashkov, I. T. Peresipkin (ministro de la URSS) y Grigori R. Udarov (vicerepresentante del Comité Estatal para la tecnología de defensa). La comisión acordó que los tres o cinco primeros lanzamientos de pruebas estarían destinados a estudiar la separación de etapas y el correcto funcionamiento del cohete, aunque también se decidió que desde el primer lanzamiento se intentaría lanzar la ojiva hacia Kamchatka. El 10 de abril Ryabikov y Korolyov mandaron un informe personal a Jruschov poniéndole al tanto de estas decisiones y del resultado de las pruebas del R-7.


Montaje de un R-7 en el MIK de Baikonur (RKK Energia).

El 5 de mayo se trasladó a la Rampa 1 el R-7 Nº M1-5 mediante un sistema de ferrocarril que alcanzaba los 5 km/h. Los miembros de la Comisión Estatal acompañaron al cohete a pie desde el MIK hasta la rampa. La colocación en vertical llevó todo un día y las pruebas eléctricas del vehículo duraron unas 110 horas. Tras varios días de pruebas y preparativos adicionales, se decidió efectuar el lanzamiento entre los días 13 y 15. Finalmente, el día 15 a las 4 hora de Moscú, comenzó la carga de combustible, operación supervisada por el futuro cosmonauta Georgi Grechko. El jefe militar del polígono, E. I. Ostashev -que moriría tres años más tarde en la Catástrofe de Nedelin-, dio la orden de lanzamiento y a las 19 horas y 1 minuto, hora de Moscú (otras fuentes señalan las las 15 h 5 m como la hora del lanzamiento), despegaba el primer Semyorka de la historia. El primer minuto de vuelo transcurrió sin problemas, pero entonces aparecieron unas llamas en la base del Bloque D (lateral). A los 98 segundos, el incendio se había propagado por todo el bloque, provocando el apagado del resto de los motores por parte del sistema de control 103 segundos tras el despegue. La causa del incendio fue una rotura de las líneas de alta presión (hasta 100 atmósferas) que conducían el queroseno hasta el motor. Los fragmentos del lanzador caerían a 196-319 km de la rampa. Como resultado del accidente se introdujeron varias mejoras, incluyendo un sistema de rociado de agua a 18 atmósferas que debía refrigerar la rampa durante el lanzamiento para evitar que la sección de cola del cohete alcanzase temperaturas demasiado altas.





Traslado del primer R-7 hacia la rampa. Este ejemplar destaca por su esquema de color: un blanco impoluto.




R-7 de pruebas. Los primeros cohetes de pruebas (8K71) se pueden diferenciar del resto se Semyorkas gracias a la presencia de paneles en la parte superior del vehículo y a una ojiva mucho más puntiaguda que la empleada en los misiles operacionales.

Sin embargo, este fracaso no fue una decepción. Los ingenieros soviéticos estaban acostumbrados a probar vehículos al mismo tiempo que eran lanzados por primera vez. El hecho de que todos los sistemas funcionasen a la perfección durante el primer minuto de vuelo fue considerado todo un éxito por Korolyov, pues al fin y al cabo este lanzamiento había demostrado que su cohete podía despegar sin problemas. El 11 de junio se debía haber llevado a cabo el segundo lanzamiento (R-7 M1-6), pero tras tres intentos infructuosos en los que los motores no lograron encenderse, además de repetidos problemas durante la carga de combustible, se decidió cancelarlo y usar este cohete para pruebas de ingeniería.

El 12 de julio se efectuó el segundo lanzamiento (7L/M1-7) a las 15 horas 53 minutos hora de Moscú. Lamentablemente, 33 segundos tras el despegue se produjo un fallo del sistema de control que provocó el giro del vehículo alrededor de su eje longitudinal, causando su desintegración 43 segundos después del lanzamiento a 4,5 km de altura.

Tras estos reiterados fracasos, la cúpula soviética se estaba poniendo muy nerviosa. El día anterior (el 11 de julio) los EE UU habían efectuado el primer lanzamiento de su nuevo misil intercontinental, el Atlas, aunque por suerte para la URSS fue un fracaso. Este misil compartía numerosas características de diseño con el R-7, como el empleo de la mezcla queroseno/LOX como combustible o un sistema de guiado doble radio-inercial. Además, carecía también de un sistema de etapas en tándem para evitar los numerosos problemas de separación de fases. Sin embargo, y pese a los fracasos soviéticos, el programa Atlas llevaba un retraso considerable respecto al R-7. Pese a todo, la presión sobre Korolyov era enorme. Si los EE UU lograban desarrollar un ICBM antes que la Unión Soviética, su ventaja estratégica sería aplastante y todo el trabajo de Korolyov quedaría en entredicho.

El 21 de agosto, a las 15 horas y 25 minutos tuvo lugar el primer lanzamiento exitoso de un R-7 (8L), aunque la cabeza (M1-9) se destruyó en las capas altas de la atmósfera y sólo se recibió telemetría de la ojiva durante 15-20 segundos tras la separación del cohete. No obstante, el R-7 había cumplido su papel con buena nota y Korolyov pudo por fin dar un respiro. La URSS ya contaba con un misil intercontinental, para regocijo de Jruschov. El 27 de agosto, la agencia TASS comunicaba al mundo la noticia. Curiosamente, en Occidente nadie pareció prestar atención. Todos los mensajes que provenían de detrás del telón de acero eran considerados pura "propaganda roja" sin credibilidad alguna. Y eso que el comunicado era muy claro: "De acuerdo con los planes de trabajo científico-técnicos, en la Unión Soviética han sido llevadas a cabo pruebas exitosas de un misil balístico intercontinental, así como varias detonaciones de armas nucleares y termonucleares.[...] Hace unos días se efectuó el lanzamiento de un misil balístico intercontinental de varias etapas y de muy largo alcance.[...] Los resultados demuestran que es posible lanzar cohetes a cualquier parte del globo terrestre."

El Sputnik provocaría pocos meses más tarde una histeria colectiva en los Estados Unidos. Curiosamente, el reconocimiento oficial por parte de la URSS de que disponía de un misil capaz de lanzar una bomba de hidrógeno sobre las principales ciudades norteamericanas apenas despertó el interés de unos cuantos medios de comunicación. Simplemente, nadie creía que la URSS fuese capaz de tal hazaña tecnológica. Los documentos desclasificados prueban que la inteligencia estadounidense conocía el programa R-7, pero en 1957 carecía de informaciones detalladas sobre su estado real.





Secuencia de separación de los bloques de un R-7 en vuelo. Al separarse, los cuatro bloques de la primera etapa forman en el cielo la llamada "Cruz de Korolyov".


Esquema de separación de la primera etapa.

El 7 de septiembre se efectuó el siguiente lanzamiento (10L) y también fue un éxito. Una vez más, sin embargo, la ojiva (M1-10) se destruyó en la reentrada a 60 km de altura y no pudo alcanzar su blanco en Kamchatka. Korolyov había demostrado que el primer lanzamiento no había sido simple suerte. El problema de la ojiva resultaba acuciante para los militares. La OKB-1 había hecho su trabajo y el R-7 funcionaba correctamente, pero de poco serviría como arma si la cabeza nuclear se desintegraba cada vez que reentraba en la atmósfera. Mientras se diseñaba una nueva ojiva, Korolyov vio la oportunidad de ofrecer a la cúpula militar soviética su proyecto favorito: un satélite artificial.

Korolyov nunca había olvidado la posibilidad de usar sus cohetes para investigar el espacio, pero las prioridades de los militares estaban claras: el espacio podía esperar. Todo cambiaría en 1954,
pues una vez el R-7 fue aprobado, pudo sopesar la posibilidad de usar este gran misil para poner un satélite en órbita. Ya el 16 de marzo de 1954 Korolyov se reunió con el académico Mstislav Keldish, de la Academia de Ciencias de la URSS, para discutir este proyecto, quien lo puso en conocimiento del por entonces presidente de la Academia, Alexander Nesmeyanov.
El 27 de mayo de ese año, Korolyov se dirigió al influyente Dimitri Ustínov -por entonces miembro del Comité Central del PCUS y ministro de la Industria Militar- para usar el R-7 con fines científicos. Aprovechó la ocasión para entregarle el famoso informe titulado “Sobre un Satélite Artificial de la Tierra”, elaborado por Mijaíl Tijonravov, donde se detallaban los progresos sobre el tema en el extranjero y la posible respuesta soviética, así como las múltiples aplicaciones de un satélite.

En agosto de 1954 el Consejo de Ministros de la URSS aprobó una resolución presentada por varias autoridades científicas del país para la consecución de estudios relacionados con el vuelo espacial. Poco después, Korolyov encargó a su colaborador Ilya V. Lavrov la organización de un grupo de trabajo dentro de la OKB-1 para coordinar el esfuerzo espacial. El 30 de agosto de 1955 Korolyov, con el apoyo de Keldish, se reunió con el presidente del complejo militar industrial Ryabikov y le sugirió lanzar, además de satélites artificiales, una misión de sobrevuelo lunar. Para este objetivo se propusieron dos variantes del R-7 con una tercera etapa: una de las propuestas debía lanzar una sonda de 400 kg y la otra, una de 800-1000 kg.

Por otro lado, en los EE UU estaban tomando forma las propuestas para lanzar un satélite artificial. El presidente Eisenhower apoyó la idea de desarrollar un satélite norteamericano, idea apodada como "la estrella de Eisenhower". Dicho aparato debería ser lanzado durante el Año Geofísico Internacional de 1957-1958. Para lograr este objetivo nació el Proyecto Vanguard.

Así las cosas, el 30 de enero de 1956 el gobierno de la URSS toma la decisión de desarrollar un satélite artificial de la tierra (ISZ según sus siglas en ruso), aunque la prioridad es la puesta en funcionamiento del R-7 como arma. El satélite, denominadoObjeto D (o D-1) tendrá una masa de 1000-1400 kg, de los cuales 200-300 kg serían equipos científicos. La OKB-1 tendrá el control del proyecto, aunque la Academia de las Ciencias será la encargada de tomar las decisiones científicas, control que irá perdiendo en favor de Korolyov a medida que el proyecto avance. Serguéi S. Kriukov y Tijonravov serán los principales encargados de dirigir el proyecto, cuyos detalles serán aprobados en julio de 1956.

Para poder seguir la órbita del satélite y determinar sus parámetros, además de las estaciones de telemetría para el R-7, se instalaron quince estaciones para el seguimiento mediante telescopios. Sin embargo, a finales de 1956 estaba claro que el Objeto D era demasiado complejo y que no estaría listo una vez el R-7 demostrase su viabilidad. Mientras, diversos representantes soviéticos anunciaron que la URSS tenía previsto lanzar un satélite durante el Año Geofísico Internacional. Una vez más, nadie prestó atención.

Por otro lado, Korolyov logró llegar a un acuerdo con los militares: una vez que el R-7 hubiese llevado a cabo dos lanzamientos con éxito, la OKB-1 podría intentar poner en órbita un satélite. Debido a los retrasos con el Objeto D, el 15 de febrero de 1957 se decidió diseñar un satélite más simple: el Objeto PS ("Satélite Simplificado"). Ryazanski sería designado el "Ingeniero Jefe" del PS-1. Dos cohetes R-7 fueron destinados a lanzar dos PS. Estos lanzadores modificados recibirían el código 8K71PS. El PS tendría una forma esférica de de 580 mm de diámetro y un interior presurizado con nitrógeno a 1,3 kg/cm². Estaba formado por dos hemisferios unidos por 36 tuercas. En el hemisferio superior se instalarían dos antenas de 2,4 m de largo y otras dos de 3,9 m, formando 35º con el eje del satélite. Las antenas serían construidas por M.V. Karayushkin. Tres baterías de plata-zinc a cargo de N.S. Lidorenko alimentarían el aparato.


R-7 del Sputnik (8K71PS) (RKK Energia/Roskosmos).

El característico "bip-bip" era generado por dos transmisores D-200 obra de Vyacheslav I. Lappo, de la NII-885 de Ryazanski, y contaba con 1 W de potencia. La señal se interrumpía cada 0,4 segundos y era retransmitida en longitudes de onda de 7,5 y 15 m. La duración de las señales era sensible a la temperatura y a la presión existente dentro del satélite: si la temperatura subía por encima de 50º C, la duración señal aumentaba. Si la temperatura disminuía por debajo de 0º C, la duración también disminuía. Un sistema de regulación de temperatura intentaba mantener el interior presurizado a 23 ºC. La señal del PS-1 tenía una doble finalidad: por un lado permitiría a los ingenieros soviéticos calcular las características orbitales del satélite y, por otro lado, podría ser captada por radioaficionados y gobiernos de todo el mundo, demostrando así la existencia del aparato. La masa total del PS-1 era de 83,6 kg y estaría integrado en la cubierta delantera del cohete R-7 (8K71PS) de forma muy simple. Su montaje se realizaría en el MIK del Área 2 de Baikonur. Por entonces, además de la competencia norteamericana, Korolyov se entera de que la oficina de Mijaíl Yangel también planea lanzar un satélite con un misil R-12 modificado. Por suerte para el Ingeniero Jefe, las autoridades no apoyan el plan por el momento, aunque será aprobado más adelante como el programa de cohetes Kosmos.




El "satélite simplificado" PS-1, posteriormente conocido como Sputnik 1 (RKK Energia).

Tras los dos lanzamientos exitosos del R-7, Korolyov decide que el cohete R-7 con el PS-1 deberá despegar entre el 6 y el 7 de octubre. En un principio se había barajado la posibilidad de lanzarlo el 17 de septiembre para celebrar el centenario del nacimiento de Tsiolkovsky, pero los trabajos de preparación del 8K71PS llevan más tiempo del previsto. Sin embargo, hasta el Ingeniero Jefe llegan a finales de septiembre rumores de que los EE UU planean lanzar un satélite el día seis de octubre, bien el Vanguard-1, o bien otro satélite lanzado mediante un cohete Jupiter-C -programa dirigido por von Braun-. Korolyov no se lo puede creer. Años de duro trabajo y abnegado sacrificio pueden terminar en el cubo de la basura por una diferencia de un día, así que decide adelantar el lanzamiento al día cuatro. Es una decisión arriesgada. Sabe que si algo sale mal, lo cual es muy probable, los norteamericanos pueden adelantarse y ser los primeros en el espacio. Posteriormente se comprobó que esos rumores no eran fundados.

El día 4 de octubre de 1957 a las 22 horas, 28 minutos y 34 segundos, hora de Moscú, despegó el cohete 8K71PS (M1-PS) de 272,830 toneladas con el pequeño PS-1 a bordo. Aunque el lanzamiento fue un éxito, Korolyov no pudo verificar que el satélite estaba en órbita (228x947 km) hasta casi una hora después, cuando volvió a sobrevolar territorio soviético.

Pocos son los que se acuerdan que ese día en realidad la URSS puso en órbita no uno, sino tres satélites: el propio PS-1, la cubierta del cohete y la etapa central del R-7. En efecto, puesto que la masa del PS-1 era tan pequeña comparada con la carga nuclear que debía transportar el R-7, la etapa central logró adquirir la velocidad orbital y durante muchos años ostentó el récord de ser el satélite más grande jamás lanzado. El bloque central estuvo en órbita hasta el 2 de diciembre, pudiendo ser visto al anochecer y al atardecer por miles de personas en todo el mundo. El nuevo satélite sería conocido fuera de la URSS como "Sputnik" y orbitaría la Tierra hasta el 4 de enero de 1958. Aunque habitualmente se suele decir que se trataba de un neologismo -sputnik significa "compañero de viaje" en ruso-, lo cierto es que esta palabra ya se usaba en la Unión Soviética como sinónimo de "satélite", significado que mantiene en la actualidad.

El 4 de octubre de 1957 el mundo cambió para siempre. La Humanidad había abandonado su cuna por primera vez.-Fuente:Eureka(A quien mucho agradecemos)-
INVESTIGACION-EDICION:ALBERTO COSTACURTA GROSSETTI Y CORRESPONSALES DE FILEALIEN- http://filealien-46.blogspot.com http://laideadedios.blogspot.com Correo de contacto: arnold462009@hotmail.com-

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